Nosotros

Kenwakan Dojo nació como una iniciativa en pro de rescatar las raíces fundamentales del Karate-Do como disciplina, en cuanto a su esencia, tradiciones, formas, estudio filosófico de la conciencia y el espíritu, así como el cuidado de la salud física y mental orientado a todas la edades y sexo.

Seguimos las lineas del Karate-Do Shotokan cuyos orígenes vienen de los maestros Gichin Funakoshi 10mo Dan (1868-1957), Masatoshi Nakayama 10mo Dan post mortem (1913-1987), Hidetaka Nishiyama 9no Dan (1928-2008) y otros grandes exponentes de esta disciplina como raíces primordiales durante más de 30 años. En el pasado estuvimos bajo la línea del Shijan Kunio Tanabe 8vo Dan (1937-Presente) de la Tanabe Kai y su alumno directo el Sensei Frankhys Álvarez 4to Dan (1961 – Presente) quién fundó y dirigió con nuestro apoyo la Organización Deportiva Chi-E Do Kai de Venezuela hasta el año 2007, Hoy en día ya extinta.

En el año 2015 luego de un receso significante en el mundo marcial como organización y a su vez dando un vuelco a nuestras corrientes de pensamientos en la filosofía, fundamentos, prácticas y finalidad del karate desde el punto de vista tradicional como tal y sin dejar nunca de practicar. Nos unimos finalmente en el mismo año a la Escuela de Karate Tradicional del Sensei Justo Gómez 7mo Dan y 7 veces campeón del mundo (1966-Presente) quien fue alumno directo en sus inicios del Sensei Mitsuo Inoue 7mo Dan (1947-Presente) y posteriormente del Sensei Hidetaka Nishiyama 9no Dan (1928-2008). Quien este último marcó la diferencia del Karate que la gran mayoría del mundo conoce, ya que orientó su sabiduría en los principios y fundamentos en el Budo.

Esta unión fue posible tras una gira que el Sensei Gómez realizó a Venezuela quien nos mostró otro enfoqué y otro camino esencial en la perfección del ser humano buscando el rescate de valores, etica y principios en las raíces más profundas de nuestro ser, de la misma forma como lo hacían los grandes samurai en el pasado.

El Karate Tradicional que desarrollamos actualmente bajo la dirección del Maestro Justo Gómez, se apoya justamente en los principios del Budo y Bushido adaptado a la modernidad.

Éste busca el desarrollo del ser humano en todo su potencial, tal como lo hacían los antiguos guerreros. Ellos lo hacían con el propósito de la guerra, en la actualidad este arte marcial desarrolla a practicantes de Karate Tradicional en los mismos aspectos del Budo pero el objetivo es la paz.

Buscamos colaborar en la formación integral del niño, proponiendo la educación y formación en los valores y principios esenciales y básicos de humanidad. Estos valores están impresos en cada gesto, técnica, sesión, práctica o entrenamientos del Karate Tradicional. Siendo esta la columna vertebral de esta disciplina, donde todo comienza con la ceremonia del saludo.

En los niños influye positivamente en su formación al inculcarles: respeto, moral y valores hacia sus compañeros, a los mayores y  a la familia, permite comprender las normas de convivencia sociales, fortalece la voluntad, su práctica colabora en la educación y formación física y Mental,  desarrollando la motricidad general.

En la Actualidad el Dojo Kenwakan se encuentra adscrita a la Escuela de Karate Tradicional “Justo Gómez” Venezuela en conjunto con el Dojo Shiro Obi de La Ciudad de Cumaná – Estado Sucre, cuyo Hombu Dojo (Sede Principal) se encuentra en la ciudad de Buenos Aires – Argentina.

El Dojo Kenwakan está conformado y dirigido por los Sensei: Pastor Saturnini 1re Dan y Humberto Zambrano 1re. Dan. Sin embargo, contamos con la colaboración de personas idóneas que forman parte de nuestra familia de Karate, quienes combinamos el entusiasmo, dinámica, fraternidad, pasión y responsabilidad de crecimiento, lleno de aprendizajes que día tras día motivan a continuar por las sendas de este enriquecedor camino de sabiduría.

Nuestra Insignia 

Logo Kenwakan

Significa «Casa del Puño Armonioso» y representa la tradicionalidad y la modernidad del Karate-Do, legado otorgado por nuestros grandes maestros. La fuerza y la armonía rige nuestro símbolo.

La pincelada representa la sutileza, y el puño en inclinación muestra la naturalidad de un tsuki-te, ambas en combinación significa la fortaleza y el espíritu del guerrero.